MÉXICO: LA GRIETA EN EL MURO Cerca de 3 millones votaron por una opción apartidista y “políticamente
- R. González
- 1 ago 2018
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Detrás de la avasalladora victoria de López Obrador con MORENA, pasando por la caída del PRI y el desgaste del PAN, al fondo se observa una anomalía electoral: la vía independiente creció significativamente en la preferencia de los votantes como resultado de una comunicación “políticamente incorrecta”. Nadie pensaba que fuera posible abrir brecha con una opción política no partidista. Los argumentos en contra de esa posibilidad abundaban: no tiene estructura, no tiene el respaldo de la radio ni de la tv, los fondos públicos a los que tiene acceso son una miseria comparados con lo que reciben los partidos; en fin, es una aventura de locos. Pero esos “locos” se multiplicaron exponencialmente durante una campaña sumamente corta, y más para el candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón “el Bronco”, quien arrancó tarde en la contienda gracias a los tropiezos que le puso el Instituto Nacional Electoral. Rodríguez Calderón ya había abierto camino en el 2015, siendo el primer candidato independiente en alcanzar la gubernatura del estado de Nuevo León. Para estas elecciones del 2018 volvió a hacer historia participando como el primer candidato independiente de México en aspirar a la Presidencia de la República. Tanto en la campaña para gobernador como en la presidencial, el Bronco contó con una as bajo la manga: el creativo Memo Rentería, quien además de ser el publicista de su campaña, también ha sido el ideólogo detrás del movimiento de la Nueva Independencia. Rentería ha desarrollado una nueva técnica de marketing político que se identifica con esa corriente silenciosa considerada “políticamente incorrecta”, que cada vez encuentra una mayor receptividad en el electorado de varias naciones en el continente. Lo que sucedió en Estados Unidos con el triunfo de Donald Trump, es un ejemplo elocuente del hastío que el abuso de la corrección política genera en las personas. En palabras de Arthur Brooks, presidente del American Enterprise Institute, quien considera en relación a la cultura de la corrección política que “a veces hay temas que decidimos evitar y cosas que decidimos no expresar con tal de llevarnos bien con otros, como muestra de respeto. No decir cosas que son verdaderas y obvias, a veces significa buena educación. Como decir que alguien es feo, por ejemplo.” Así mismo, Brooks resalta que el abuso de lo políticamente correcto con fines políticos ha generado que se digan a propósito cosas que pudieran ofender sensibilidades para provocar reacciones. Brooks se refería a lo sucedido con el discurso de Trump durante el pasado proceso electoral estadounidense, que sorprendió al norteamericano que se había habituado a un foro marcado por la corrección política, un escenario que no dista mucho de lo que ocurre en el resto de América y que en Europa se ha manifestado varias veces. La técnica que Memo Rentería ha bautizado como “la nueva comunicación política ciudadana”, parte de la lógica de la gente “que es diametralmente opuesta a la del dirigente político”, y es justamente por eso que su marketing resulta “políticamente incorrecto”. Porque en esencia, las personas en su pensamiento y en sus conductas dentro de su ámbito más íntimo, van en contra de lo que establece la cultura de la corrección política. Un ejemplo de esta forma de marketing es el spot en el que Rentería colocó a un bebé junto a una mujer y dos hombres con los ojos vendados, los adultos hacían porras para los partidos políticos mientras el niño estaba rodeado de arañas animadas, y una voz daba el mensaje: “¿a cuál de estas arañas vas a darle tu confianza?... a cualquiera que elijas te va a picar… ¡es su naturaleza!”. El spot generó diversas reacciones, unas en contra y otras a favor, pero lo cierto es que llamó la atención de las personas porque resaltaba una verdad irrefutable: los partidos políticos, sin importar su color, no son de fiar. En otro mensaje, con el que Rentería refutó el concepto ya aceptado del llamado al “voto útil”, una joven decía “¿te vas a dejar que los partidos políticos te vean la cara de pendejo?… ¿por qué deben ser los ciudadanos los que se sumen a los partidos? ¡ve que de a toda madre!... ¡se chingan todos los partidos!... ¡prohibido rendirse! ¡a huevo!”. Aunque recibió muchas críticas por parte del llamado círculo rojo, es decir, los analistas políticos, dirigentes y periodistas, debido al lenguaje calificado como “vulgar”, en la vida real los mexicanos, en su gran mayoría, hablan y se expresan así cuando se sienten en confianza. Es innegable que en el reciente proceso electoral mexicano la comunicación “políticamente incorrecta” aplicada en la campaña presidencial del candidato independiente, logró lo que los partidos políticos consideraban imposible, abrir una brecha en el sistema electoral. Más allá del evidente triunfo de MORENA (25,186,577) y muy a pesar de las fornidas estructuras del PAN (9,996,514) y del PRI (7,677,180), los números hablan por sí solos: el Partido del Trabajo (PT) obtuvo 3,396,805 votos; el candidato independiente obtuvo 2,961,732 votos; el PRD 1,602,715; el partido Encuentro Social 1,530,101; el partido VERDE 1,051,480; Movimiento Ciudadano 1,010,891; y partido Nueva Alianza logró 561,193 votos. Mientras partidos de amplia trayectoria como PRD y el partido VERDE apenas se salvaron de perder su registro porque sólo obtuvieron suficientes votos en la elección de senadurías y diputaciones federales, el partido Encuentro Social sí perderá su registró por no haber alcanzado el 3% requerido, y las nuevas versiones de partidos políticos, como Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, no generaron confianza, este último también perderá su registro. Con una participación ciudadana del 63.43% del padrón electoral, lo que parece una grieta mínima del 5.2% de votos obtenidos por el candidato independiente, puede ser el comienzo de una nueva era en la política mexicana. El muro del sistema de partidos políticos, ya no es impenetrable.
